Segundo viaje de Cortesito.

Cortesito estaba tan asombrado que cerró los ojos porque no podía creer lo que estaba ocurriéndole. En ese momento empezó a sentir frío, un aire helado le golpeó en la cara. Abrió los ojos y vio a una golondrina posada en el hombro de la estatua de un príncipe y pudo escuchar más asombrado aún que estaban hablando.
-"Allá abajo, en la plaza" -estaba diciendo el Príncipe- "está en pie una niña vendedora de cerillos. Se le han caído todos los cerillos al arroyo, y ya no sirven. Su padre la maltratará, le pegará, si no trae algo de dinero a la casa, y por eso llora. No tiene ni zapatos ni medias, y su cabeza está descubierta. Sácame el otro ojo, dáselo, y su padre no le pegará".
-Me quedaré una noche más contigo" -respondió la golondrina-, "pero no puedo sacarte el otro ojo. Te quedarás completamente ciego".

-"Golondrina, golondrina, golondrinita" -dijo el Príncipe-. "Haz lo que te mando."

Así las cosas, le sacó el otro ojo, y lo llevó consigo, descendiendo y pasando junto a la pequeña vendedora de cerillos, le deslizó la gema en la palma de la mano.

- "Qué precioso vidrio" -gritó la niña-. Y corrió riendo hacia su casa.
Entonces la golondrina volvió al Príncipe.

-"Ahora estás ciego" -dijo-. "Así es que me quedaré para siempre contigo."

-"No, golondrinita" -replicó el pobre Príncipe-. "Debes irte a Egipto."

-"Me quedaré para siempre a tu lado" -dijo la golondrina. Y se durmió a los pies del Príncipe.

Cortesito sintió una gran pena al ver la bondad de aquella golondrina y de aquella estatua, mucho más humana que los propios hombres y mujeres de aquella ciudad. "¿Dónde estaré?", pensó Cortesito.

¿Sabes tú dónde está Cortesito? Adivina el autor y la obra literaria en la que está Cortesito. (Es una historia muy bonita). Recuerda que lo primero que tienes que hacer es darle la respuesta a Diego en un papel escrita. ¡Gracias por tu participación!