lunes, 30 de abril de 2007

Segundo viaje de Cortesito

Cortesito, de repente, se sintió trasladado a un barco grande y, allí, escuchó y observó los trabajos que realizaban los marineros, los cuales arriaron una lancha, recogieron a los marineros que flotaban entre remos, cubos y trozos de madera, y los izaron a cubierta. Pero afortunadamente nadie estaba herido de gravedad, aunque muchos habían sufrido tremendos choques. A Acab se le encontró agarrado ceñudamente a la mitad de su lancha perdida. Su pata de marfil se había quebrado y no quedaba de ella más que un muñón.

-Fue la virola la que no resistió, señor -dijo el carpintero acercándose-. Yo me esmeré con esa pierna.

-No importa -fue la respuesta-. Aun con un solo hueso, el viejo Acab está intacto. No hay diablo ni Ballena Blanca que pueda acabar conmigo. ¡Ah, del calcés! ¿Por dónde va?

-Recta a sotavento, señor.

-Deriva, pues, y a todo velamen. ¡Guardia del barco, bajad las lanchas de repuesto y aparejadlas! Señor Starbuck, pase lista.

De pronto, miró a su alrededor.

-No lo veo...

-¡El parsi! -dijo Stubb-. ¡No está! ¡Lo ha debido coger!

-Así cojas tú el vómito negro. Hay que encontrarle, no ha podido irse. Vamos, registradlo todo.

Pero no tardaron en volver con la noticia de que no se encontraba al parsi por ningún lado.

-Debió enredarse entre los cabos, señor -dijo Stubb-. Me pareció verlo arrastrado por él. Creo que fue en el suyo.

-¿Mi cabo? ¿El mío? ¿Muerto? ¿Qué tañido fúnebre es ése? Y el arpón, también... El arpón que forjé para ella... No, ahora recuerdo, lo lancé. Lo lleva clavado en la carne. Pronto, ¡aparejad las lanchas, reunid los remos! ¡Arponeros, los hierros! ¡Ceñid bien el trapo! ¡Timonel, poco a poco, por tu vida! ¡Daré diez veces la vuelta al mundo, pero la encontraré, y la mataré con mis propias manos!

-Dios todopoderoso, no nos abandones -dijo Starbuck-. Señor, jamás llegará a cazarla. Por Jesús bendito, dejemos esto, porque es una locura. ¡Dos días de caza y las dos veces hechos añicos! ¿Es que vamos a seguir persiguiendo a ese diablo hasta que muera el último de nosotros?

Cortesito escuchaba atentamente aquellas conversaciones y observaba anonadado a los marineros de aquel barco. No podía entender a qué lugar le había llevado esta vez su imaginación. No sabía en qué obra había acabado inmerso.

¿Puedes ayudar a Cortesito a averiguar la obra literaria en que se encuentra? Recuerda que debes darle el título y el autor a Diego y ponerlo también como comentario a esta entrada.

4 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Cortesito se encuentra en la novela escrita por Herman Melville titulada Moby-Dick

Anónimo dijo...

Cortesito se encuentra en el libro de Moby Dick y su autor es Herman Melville.

Anónimo dijo...

Nuevamente enhorabuena a Iván Pérez por acertar en primer lugar la novela en que se encontraba Cortesito inmerso.
Recordar a los demás alumnos que concursan que deben entregarme en mano la respuesta y luego ponerla en el blog. Así podrán obtener puntos para ganar este concurso.
Atentos al próximo viaje de Cortesito a alguna obra literaria.